CAMINO INCA - FLORA
FLORA DEL CAMINO INCA
Al Iniciar este fantástico viaje del recorrido por el Camino Inca a Machu Picchu se encontrará con las misteriosas praderas que están rodeadas de innumerables especies de plantas,
Esto se debe a que recorremos diferentes pisos Altitudinales durante todos los días del Camino Inca.
Por ejemplo, las llamadas gramíneas alto andinas, entre las que destacan diferentes tipos de ichus como la shulla y la chilla, así como también el crespillo, en las partes bajas del recorrido nos encontramos con bastante vegetación, ya que estamos ya descendiente y la temperatura es más favorable para la vegetación.
En las partes más bajas se caracterizan más bien por la mayor abundancia de vegetación como el pisonay, la queña, los alisos, helechos, palmeras y puyas.
A medida que el viajero va adentrándose en el escenario natural del Camino inca que le llevará hacia el Santuario de Machu Picchu podrá observar la vegetación forestal que también está representada por especies de madereras como el cedro, romerillo o intimpa, laurel, etc., además de las especies mencionadas predominan los géneros Ocotea, Pedocarpus, Guarea, Weinmania, Clusia, Cedropia, Cinchena, Eritrina, o Pisonay, Ilex entre otros.
Cabe mencionar también que el Camino Inca se encuentra adornado con más de 400 especies de orquídeas, begonias, árboles y arbustos como la queña (Polylepis racemosa), el pisonay (Eritrina falcata), la muña (Minthostachys glabrecens), puyas.
Lo que más impresiona al viajero que visita la selva alta es su exuberancia e increíble profusión de vida. Mucho de ello radica en que para acceder a ella es preciso trasponer la cordillera de los Andes, cruzando los austeros territorios de la puna, donde la supervivencia parece casi un lujo. Una vez traspuesta la gran barrera que crean los macizos andinos, la naturaleza parece explotar en un mosaico de color y movimiento. Un mundo de cascadas y torrentes donde la humedad domina los ciclos y donde las plantas y animales alcanzan los máximos niveles de diversidad del mundo entero.
Así como el camino Inca está rodeado con plantas también se observa que en sus amaneceres se cubre por un abrigo eterno de niebla, un mundo misterioso y desconocido viste las abruptas laderas de la cordillera. Un territorio siempre verde donde la constante humedad es la pieza principal del intrincado engranaje natural. Aquí cobran fuerza los ríos, descendiendo espumosos hacia el este y arrancándole sedimentos a las montañas. Es la tierra de cascadas cristalinas y criaturas tan bellas como esquivas donde los incas levantaron la ciudad sagrada de Machu Picchu.